miércoles, 18 de mayo de 2016

Convirtiendo la crisis en oportunidad


Tuve el privilegio de asistir al conversatorio "Convirtiendo la crisis en oportunidad" con el reconocido economista y excelente comunicador Pedro Penzini, acompañado del carismático, sincero, sin pelos en la lengua, de inteligencia sarcástica muy bien dosificada y elegancia particular; el gran Carlos Fraga.

La velada, de esas pocas que se dan en las noches caraqueñas, se realizó en los espacios y bajo el patrocinio del Grupo Ferrara en Las Mercedes y por el proyecto DownTown Doral, desarrollo urbanístico del Estado de la Florida en Estados Unidos.

Entre vinos y deliciosos cocteles se dio a cabo el conversatorio que tenía como punto principal cargar las baterías de optimismo y buena vibra a todos los asistentes del evento.

Particularmente me quiero enfocar en algunas de las palabras de Carlos Fraga. Que, ademas de estar impregnadas de gracia e inteligencia con un perfecto dominio de la atención de los presentes, dejaron al descubierto su lado ingenuo y sentimental. Que no está mal, pero que si están un poquito lejos de la realidad urbana, mejor dicho, de la realidad callejera. Esa calle picante, caliente, obscena, cansada, amargada, rencorosa, asustada, humillada entre otros calificativos.

Aunque ame cada una de sus palabras se que Alicia, aquella la del país de las maravillas habría bailado feliz al rededor de él con solo escucharlo.

"Perdona, debes perdonar para comenzar a sanar", insistía Fraga. Eso no aplica precisamente para describir un caso donde se trampea, se guisa, se manipula y hasta se estafa para quitarte el derecho de adquirir los alimentos que necesitas llevar a tu mesa.

"Perdonar para reconciliar al país", otra frase que no engrana con la realidad, por lo menos no en estos momentos donde solo se ve que el prójimo negocia con tu salud, donde debes estar alerta para que el de al lado no te quite la ropa interior sin bajarte los pantalones.

Otra de sus frases, "la gente dice; yo lanzaría una bomba en las cárceles y acabaría con esos delincuentes". A lo que el refuta diciendo; "claro, porque no está un familiar tuyo ahí adentro". Ajá amigo Fraga, ¿y si uno de los que están ahí adentro de esa cárcel, mando al cementerio a un familiar del que opina sobre lanzar la bomba?

Entonces seria cuestión de clasificar; usted robo, va para acá, usted mató, va de este lado, usted bachaqueo, entonces va de este lado y al peor grupo se le bombardea. ¿Será esa la forma? No creo. ¿Está difícil verdad?

Somos otra generación amigo mio y lamentablemente no podemos resolver los problemas como se resolvían en nuestros buenos tiempos. Recuerda que con un pellizco nuestros padres lograron mucho y ahora por culpa de un pellizco los padres van a parar a la lopna o como se llame y en el peor de los casos termina en un suicidio transmitido por snapchat.

Yo diría, que más que perdonar como si nada, se le deje al tiempo que curen las heridas sociales. Solo el tiempo podrá disminuir el rencor hacia los que votaron por el susodicho a quien se le atribuye (comparto esa opinión) la responsabilidad del quilombo en que vivimos y escucharás decir, ya no te odio pero tampoco te quiero cerca. Eso es humano y también es una nueva versión del perdón. Una versión de la nueva era que no se parece a poner la otra mejilla.

Por lo demás, el conversatorio estuvo de lujo. Salí de ahí imaginando un nuevo panorama, que mejore nuestro entorno, salí creyendo que pronto veré a mi país, productivo, lleno de personas optimistas, luchadoras, de esas que se levantan temprano y les gusta trabajar, de personas respetuosas, inteligentes, admirables de las que se aprende y de las que uno se siente orgulloso.

Nos podemos reinventar, es solo cuestión de levantarnos y sacudirnos. Comencemos a planificar desde ya lo que haremos cuando todo esto pase, porque pasará y llegará el momento de celebrar nuestra valentía y fortaleza por haber superado una de las pruebas mas difíciles de nuestra historia. También celebraremos la suerte de haber sobrevivido.

Gracias, Fraga.

#EscriboParaNohablarSola
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